Hoy me he dado cuenta de lo poco que es cada ser humano que puebla esto que la gente llama mundo.
¿Qué somos? Bien podríamos decir que materia, que estamos compuestos por, y viva la redundancia, compuestos orgánicos a partir de complicados sistemas biológicos y naturales. Hasta ahí, todo perfecto y demostrable. Pero mi pregunta va más allá de lo que realmente aparenta. Es decir, para algún filósofo que no voy a nombrar porque me llevo realmente mal con ellos y sin dar mucho el coñazo con el tema éramos almas que se reencarnarían en similares a la vida que habían llevado (cerdos, avispas, ratas, burros o no volver a reencarnarse incluso). Pero repito, esto va más allá.
¿Qué somos? ¿Qué queda de nosotros cuando no estamos? Si nos morimos, ¿qué queda? Una serie de ideas o pensamientos acerca de nosotros, recuerdos. Tal vez seamos sólo eso, recuerdos.
Porque te mueres y tu cuerpo se ha ido en lo que efímeramente serían una media de ochenta años pero si con un poco de suerte has hecho algo importante en esta vida, perdurarás para siempre. Ahí tenemos a los grandes dictadores de la historia, a los grandes pintores, músicos, escritores… Han sobrevivido de alguna manera al paso del tiempo, pues.
Entonces lo que nos hace ser más o menos recordables son nuestros actos y a la gente a la que conseguimos llegar con ellos para permanecer en la historia.
Ahora seamos realistas y pensemos cuántos de nosotros llegaremos algún día a marcar otro hito en la historia. Todo está hecho, inventado, dicho, escrito o pensado. Así es imposible llegar a no morir. Así podemos acabar la conclusión con un: no somos nadie porque la última persona que nos recuerde, cuando muera, nos llevará consigo misma a la tumba. Para siempre, a descansar en paz. Sólo nos puede salvar del olvido y de la efemeridad una acción que marce a la gente y se nos lleve al Olimpo de los grandes. A la historia.
Así, acabando la reflexión, no somos más que un conjunto de acciones que de una manera u otra nos harán perdurar más o menos en el tiempo sin tener en cuenta lo que somos físicamente. No somos más que lo que hacemos a lo largo de nuestra vida