Cuando te machacan una y otra vez. Cuando quieres parar pero no puedes. Cuando te has descontrolado porque alguien es capaz de sacar lo peor de ti. Y piensas, hablas y haces cosas que no serían así en cualquier otro momento. Y sabes que no eres tú, pero ya es tarde. Tarde, ¿para qué? Para volver a ser tú mismo o volver atrás. Hay cosas que no pueden ser de otra manera, porque se han pasado todos los límites. Y cuando reacciones mal, la gente querrá reaccionar y parar, pero no se puede. No es posible.
Dejar de ser quien eres tiene un precio cuando es porque te han forzado a ser peor persona, porque te han golpeado y han hecho de ti algo, quizá, rastrero. Y llegas a imaginar cosas que nunca pensaste posibles... Y todo acaba aquí, porque respiras una, dos, tres y mil veces si hace falta. Porque ante todo están tus valores. Porque ante todo estás tú y lo que eres. No lo que te hacen ser... o lo que quieren que seas.
Nadie puede demostrar que eres mala persona si tú no quieres. Porque, tarde o temprano, debes demostrar que tienes personalidad. Y sólo en ese momento, lo que antes he dicho que era imposible, se vuelve posible. Y llega el momento de perdonar y ser perdonado (perdonado, por qué?? pero es así). Y entonces... vuelves a ser un contador que empieza desde cero, hasta la próxima vez que llegue al máximo.
Dejar de ser quien eres tiene un precio cuando es porque te han forzado a ser peor persona, porque te han golpeado y han hecho de ti algo, quizá, rastrero. Y llegas a imaginar cosas que nunca pensaste posibles... Y todo acaba aquí, porque respiras una, dos, tres y mil veces si hace falta. Porque ante todo están tus valores. Porque ante todo estás tú y lo que eres. No lo que te hacen ser... o lo que quieren que seas.
Nadie puede demostrar que eres mala persona si tú no quieres. Porque, tarde o temprano, debes demostrar que tienes personalidad. Y sólo en ese momento, lo que antes he dicho que era imposible, se vuelve posible. Y llega el momento de perdonar y ser perdonado (perdonado, por qué?? pero es así). Y entonces... vuelves a ser un contador que empieza desde cero, hasta la próxima vez que llegue al máximo.
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