Cada beso desvanecido, cada día tirado, cada enfado, cada lágrima, cada ''hoy no te quiero''... se queda en el aire cuando apareces con tu sonrisa y tus ojos verdes, infantiles y alegres. Y si algo podría preocuparme, diría que es fiarme a ciegas de ti. Del miedo que siento a que todo sea un juego cuando no estamos juntos pero lo que es capaz de brincar mi corazón cuando me besas.Y es que resulta que el amor no es cuestión de te quieros, es cuestión de demostrarlo. De pasar tiempo juntos. De odiarnos y de querernos. Sobre todo de querernos después de odiarnos. Esas reconciliaciones que llegan sólo tras una gran tormenta. De secarnos mutuamente las lágrimas, de soñar juntos y de querer escapar a veces, para darnos cuenta de lo que somos sin la otra persona... De ser sinceros cuando queremos.
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