miércoles, 15 de junio de 2016

Algún día saldrá el sol...

Hay días que amanecen soleados y anochecen con tormentas. Y por más veces que intentas que salga el sol, no sale. Ni que estuviese en tu poder hacerle salir.

Y te acuestas y hay tormenta. Y entonces te acuerdas de cómo hacer salir el sol hasta en las noches más oscuras cuando llevas muchas vueltas sola en la cama. Sólo puedes coger los recuerdos, que calientan, y hacerlos brillar junto a tu pena, por si la pueden secar.


Y a ti acuden sus labios calientes como el hierro y sus ojos verdosos como los árboles que tienes frente a la ventana. Y te hacen sentir como si nada hubiera pasado. Te alivia el alma y respiran los sentimientos. No hay opresión en el pecho.  Y te quedas dormida. Como si nada hubiera pasado, con la sensación de que todo está bien. Mañana será otro día y la realidad volverá a golpear, pero consigues descansar…