Estoy condenada a que piensen que soy una niña. Y creceré más aún, pero seguirán creyendo que soy infantil. O inmadura. Que no sé qué es peor, la verdad.
Cuando estás en el trópico de las edades y tu físico no ayuda a creer que eres más mayor... estás condenado a que piensen de ti que no eres más que una niña sin ganas de nada o con ganas de todo pero intención de menos.
No conseguir lo que quieres porque nadie que quieres que lo haga te toma en serio,... es una constante. Mientras, a madurar, como las frutas. Que llega el verano y la primavera, que corre.